Un detector de metales convencional posibilita la detección de objetos hasta a 20 centímetros de distancia. En mi caso, y dependiendo del diámetro y el volumen de los materiales, he podido rastrear piezas metálicas a poco más de 30 centímetros de distancia, con una herramienta de uso básico.
Construir tu propio detector es un trabajo satisfactorio; lo has hecho con esfuerzo y, al final, eres el dueño de tu propia creación. Sin embargo, si ya posees uno, con estas indicaciones no solo obtendrás un resultado más económico, sino que además tu herramienta será mucho más útil, optimizando su funcionamiento.
Qué tienes que tener en cuenta para ajustar un detector de metales
- Los detectores de metales casi siempre funcionan con un plato, el cual, dependiendo de las medidas, te ofrece mayor o menor potencia.
- La profundidad, en este tipo de herramienta, indica la distancia máxima en la que esta puede rastrear un objeto. Por su parte, la sensibilidad tiene que ver con la reacción del detector frente a cualquier material que encuentre.
- Otra funcionalidad vital de los detectores de metales, es el balance de tierra. Ajústalo en función del terreno donde vas a realizar la búsqueda.
- La discriminación es una característica importante. Su utilización depende de la cantidad de basura o variedad de elementos que existan en el terreno donde te encuentras, ya que te permite escoger que materiales detectar. Su uso disminuye la profundidad.
Como bien sabes, cuando adquieres un detector de metales, este trae por defecto un plato.
En ese sentido, considero que, sin necesidad de invertir en uno nuevo, puedes sacar mucho provecho del plato que viene de fábrica.
Cómo usar el detector de metales sobre el terreno
- Utilizar la discriminación del aparato disminuye la profundidad de tu detector. Comienza a prescindir de su uso cuando no sea necesario. Sé paciente y comprueba que puedes obtener mejores resultados, muchos objetos comienzan a ser rastreables con un poco más de profundidad.
- La búsqueda veloz no siempre te puede garantizar un buen rastreo. Camina algo más lento. Haz una prueba yendo más despacio y luego más rápido por la misma superficie.
- Aprovechar el terreno mojado resulta una ventaja. La energía del campo de detección de tu herramienta se intensificará frente a la presencia de humedad (ojo, no demasiada), lo cual influye de forma positiva sobre su capacidad de exploración.
- A pesar de que resulte incomodo, mantener el plato de tu detector siempre pegado al suelo te garantizará mayor profundidad en la búsqueda. Recuerda que, ante estas herramientas, cualquier cantidad de centímetros vale.
- Ejecuta con constancia estas recomendaciones, no solo para memorizarlas, sino también para mejorar tu técnica en el uso de la máquina.
Los métodos que te he mencionado, no solo te permitirán concretar búsquedas más exitosas, sino que además contribuyen a que aumentes tu experiencia rastreando el terreno.
Si posees un detector básico, pero deseas alcanzar resultados que se asemejen a uno profesional, la paciencia y la práctica de estos consejos te acercarán a ello.