La cerámica es un material que destaca por su dureza y consistencia. De primeras, puedes pensar que no es nada sencillo despegarlo. Pues bien, te voy a enseñar en unos sencillos pasos que estás muy equivocado.
Prepara los siguientes materiales:
- Un martillo demoledor de bricolaje (si lo tienes de punta plana y ajustable, mucho mejor)
- Un par de tapones para los oídos
- Unas gafas de seguridad
- Un rollo de cinta aislante
- Varias bolsas de basura
- Unos guantes de bricolaje
#1 Prepara el terreno
Antes de comenzar a trabajar, necesitas acondicionar el espacio en el que vas a despegar la cerámica. Esto consiste en tomar las precauciones necesarias y evitar que ninguna parte de tu hogar sufra daños innecesarios.
Coloca una cantidad consistente de cinta aislante a lo largo de los rodapiés y en los bajos de las puertas. Si no te parece suficiente, añade algunos restos de periódico, bolsas de plástico o cartones a la zona en cuestión para protegerla de los escombros.
Cuando lo tengas todo listo, prepara tu martillo demoledor, ponte las gafas de seguridad y ajusta los tapones a tus oídos.
#2 Despega la cerámica
Antes de enchufar el martillo demoledor, ajusta la punta de acabado plano con firmeza. Te recomiendo que te esmeres en este paso, ya que puedes tener serios problemas si el martillo no está preparado del modo correcto.
Ahora sí, enchufa el martillo. Coloca su punta plana sobre la junta de dos baldosas de cerámica. Enciende el martillo y, con suavidad, deja que las baldosas de cerámica rompan en varios pedazos.
Una vez hayas ejercido el primer choque con la cerámica, todo va a resultar más sencillo.
#3 Avanza con el resto de cerámica
Sitúa la punta del martillo demoledor en el espacio que queda entre las baldosas y los cimientos de tu casa. A partir de este momento, cada vez que enciendas el martillo demoledor, tienes que avanzar con la punta e ir despegando la cerámica.
Bajo ningún concepto ejerzas fuerza sobre los cimientos, ya que podrás dañar un material que va a permanecer en tu hogar. En todo caso, desvía tu fuerza contra las baldosas de cerámica que quieres despegar.
#4 Recoge los restos
Una vez hayas despegado todas las baldosas de cerámica que desees, habrás acumulado una buena cantidad de escombros.
Quítate los tapones de los oídos, utiliza unos guantes e introduce poco a poco los escombros en bolsas de basura gruesas.
Cuando todo esté recogido, barre la zona sobre la que has trabajado o pasa el aspirador.
Para terminar, abre puertas y ventanas para que el espacio se ventile.